miércoles, 25 de julio de 2018

Conocimiento Casual De Un Oficio

Novela: Conocimiento casual de un Oficio
Autor: Stefan Zweig
Año: 1935
Editorial: Juventud 



Crítica Personal: 



Un relato verdaderamente atrapante. Es como un fatídico juego tan absorvente, tan moldeado y exacto que lleva al lector y a su narrador protagonista a una especie de persecución realmente excitante, emocionante y llena de adrenalina. Toda la historia transcurre en Francia; y retratados momentos preciosos asociados al cambio climático primaveral de sol radiante en ciudades relevantes como Strasbourg, Meaux y Epernay. La Gare de l'Est también se menciona al principio. Cada página relata una deliciosa descripción de un día fresco de Abril, atravesando exóticos paisajes hasta llegar a su capital; París. Esencialmente al delicioso bulevar Hausmann y la Rue Drouot. 

Todo un movimiento, una mezcla de figuras humanas entrelazando cuerpos, mentes, espíritus, pensamientos, deseos, emociones y pesares. Nuestro narrador intérpreta en primer lugar, el papel de un observador cauto, para luego cambiarlo a un tipo de complicidad tanto vergonzosa como provocadora, durante todo el proceso visual y estudio psicológico cuyo análisis recae en un sujeto en particular; con su esmirriado y sucio abrigo amarillo canario veraniego, rasgados pantalones, corpóreo estilo decadente, patética estructura y lastimoso andar. Erróneamente creyendo que detrás de esa ofensa figura en medio del abucheo callejero se halla un detective, no tarda en reaccionar nuestro narrador para darse cuenta que sólo se esconde un ratero de la más índole calaña, necesitado de prendas, comida, afecto... Toda su atención captada en éste estrafalario sujeto, que enfocado en las distracciones del asfalto, sus tiendas, sus negocios y porsupuesto de la selección de víctimas, como cuando un depredador sigiloso escoge a su presa de entre la manada, en este caso, dentro de la multitud y aprovechandose de cada maniobra pero atento a cada testigo incubierto que fácilmente podría echarle a perder su trabajo y condenarle a la privación de su libertad permanentemente y de la manera más absurda. El narrador describe con perfecta precisión cada detalle y expresa magistralmente sus impresiones sobre el hecho a punto de ser llevado a cabo, concientemente de tan "deshonroso" acto, de alguna manera comprendiendo y hasta alentando sus intenciones. El punto de vista que ofrece es semejante al del más difícil de los artes empleados por un actor, llegando e incluso que como lector empatize con el ladrón y entienda cada nervio y la tensión experimentada durante todo el intérvalo, hasta concluir en un segundo intento en el cual desemboca en un final fabuloso lleno de matices y tonalidades. Sin llegar a justificar al sujeto, el autor mediante el narrador, utiliza un léxico tan atractivo que repito, llegamos a analizar el díficil trabajo que se atreve a realizar el ratero y logrando no tanto embellecer sus intenciones, pero sí valorando el tremendo esfuerzo con el que impulsado por cada partícula de su cuerpo, se decide a dar con el cometido. Me encantó la historia y todo el recorrido permanente día y noche, avenidas tras avenidas e incluso paseos por la Chaussée d' Antin, hasta llegar a la calle Drouot y posteriormente llegar al Hotel Drouot. Restaurantes, bares, hoteles, baños y subastas presencian toda la increíble curiosidad del narrador en su deseo de descubrir la verdadera identidad de ese extraño hombre. Es un relato lo suficientemente explicado como para disfrutarlo y entenderlo. La curiosidad por saber quién es, nutrirse de sus razones y automotivarse por las mismas con tanta insistencia que lejos de ser fastidioso, es producto de admiración. Aún así, llega la lección. Como lector, cada detalle te empuja a teletransportarte a la escena, intervenir y actuar. Llegué incluso a sentir lástima por ese lastimero ser humano, desdichado y abandonado a la merced del duro proceder en una sociedad europea en guerra. 

NOTA: Merece ser releída con una taza de café o un capuchino, pan caliente, dulce o francés, o tal vez una chantilli con crema y mucha diversión. 




Puntuación: 10/10 









"Conocimiento casual de un oficio" Novela verdaderamente hipnotizante de Stefan Zweig, expresa el seguimiento imparable hacia un ratero en las calles de París, con determinante y perseverante motivación. (Leída el 24 de Julio del 2018) 










Libro: Conocimiento casual de un oficio (1935) : "Hasta aquel día yo no conocía ni remotamente qué profesión en extremo difícil, qué arte terrible, absorvente, es el del ratero en la vida pública, a pleno sol." Autor: Stefan Zweig. 







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